Acá vemos a uno de los líderes del equipo, el madurito Pablo Fernández, luego del encuentro del martes, totalmente agotado, abatido, extenuado…parece que hubiese perdido, pero no... es solo la resignación al cruel paso de las décadas en su físico.
Cierta parte de la parcialidad, comienza a cuestionar la cantidad de minutos que está jugando por partido, parece que hay un grupo de parciales que entiende debe colgar los botines... lo hará???
Esperemos que no, por el bien del fútbol de Puriscal!!